domingo, 14 de febrero de 2016

PA' ENTRE LOS TALAS

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 39 – 14/02/2016

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”.

Supe de Héctor del Valle hace ya muchos años, cuando allá en “Amanecer Argentino”, junto a Aldo Crubellier difundían poetas nuestros; Aldo a Pedro Boloqui, y Héctor a Pedro Risso, y gracias a él, ¡muchos! fuimos los que conocimos al gran poeta campero de Avellaneda, y aún tengo presente la indescriptible sensación que en su criolla interpretación me transmitían algunos de esos temas como por ejemplo, “Un Susto Grande”.
Después vendría su disco simple (aquel del éxito de “Las mil millas…), y luego el larga duración, y paso seguido, el elemento que revolucionaría las grabaciones de artistas populares y la difusión: el cassette.
En esa etapa, Del Valle hizo algo que hoy deberíamos recomendarle a muchos jóvenes que se largan a transitar las huellas del canto criollo: fundamentó su trabajo de intérprete, en un repertorio de buenos autores, aquellos de probada pluma poética. Y después, fue poco a poco integrando el repertorio con versos de su autoría, versos que demás está aclarar, muestran su buena madera de poeta, y a la par que editaba cassettes, publicaba folletos con sus composiciones, como para ir fogueándolas, y así aparecieron “Hablando en Criollo” en 1975, “Cantando lo Mío” y “Entre los Talas” ambos en 1986, luego “Bordoneando – Poesías Completas” en 1987, una especie de antología de los anteriores.
De los cuatro títulos citados, salvo el primero, los otros tres están mi biblioteca, y todos dedicados y obsequiados por el autor.
Recuerdo que los leí con fruición porque su poesía se identifica con mi sentimiento campero, y hasta tal punto, que cuando terminé de leer “Entre los Talas”, me brotó un verso inspirado en esas páginas y los versos que le dan cuerpo, que en modo de carta se lo hice llegar, bueno… esa fue mi intención, sabrá el correo si le llegó.
Esa es la historia del verso que ya vamos a compartir, nacido al conjuro de las rimas gauchas de un buen poeta, al que a veces consideramos como cantor y no lo evaluamos por lo que escribe, pero que sin duda forma junto a los que engrandecen el género.
Como anécdota, podemos decir que hay un trabajo suyo que nunca apareció como libro -al menos que yo sepa-, pero que Del Valle nos entregó para que lo diéramos a conocer secuencialmente en las páginas de Revista “Pal Gauchaje”, y así fue que apareció en los números 35 a 39, entre los meses de julio y noviembre de 1988, el título de esa obra es “El Cacique Blanco – La Historia de Jorge Mc. Donell”, y está compuesta por 82 décimas.
Cerramos ahora con la lectura de “Pa’ Entre los Talas”, que sencillamente dice:

 PA’ “ENTRE LOS TALAS”

 Güen paisano Héctor Del Valle
-hermano de güeya y causa-
viá escrituriarle sin pausa
mientras que’l saber no faye.
Pa’ ubicarlo va el detaye
que a la misiva le abrocho:
La Plata, julio veintiocho
del ochenta y seis, güen año,
pero a causa ‘el frío tamaño
‘tan mis dedos medio mocho.
  
Acá’ndo engolosinao
con el decir de sus versos,
y esos sucesos diversos
me tiene cuasi almariao:
¡si “El Pangaré de Calfiao”
parece que anda en mis venas!
Hay letras que’stán muy güenas:
pa’ “El Boyerito”, mis flores,
“Sabores y Sinsabores”
van “Repechando mis penas”.
  
“La muerte de Juan Canales”
tiene pesares que’nanco
y está en “Aflojando el Tranco”
un lamento ‘e totorales;
pero no esisten los males
que le apaguen la guitarra,
“Por Darle Mucho a la Farra
no habrá de acayar su canto
porque de acá lo agiganto
diciéndolé: ¡tiene garra!

Reconocí en los nombrao
de “Homenajeando a un Resero”
a un paisano muy campero
que se yamó Juan Tirao;
estoy bastante ayegao
a esa familia gauchasa,
y ya que de tiro pasa
el ricuerdo, de su mano,
le digo: murió el hermano
-Don José- crioyo de raza.
  
Pa’ mi gusto a la tropiya
que “Entre los Talas” pastea
le falta un compuesto, vea,
que de por si solo briya;
es una letra que oriya
al tranquito, un campo flor,
y es mi opinión, si señor,
que tiene mucha valía,
le’stoy nombrando a “Echuría”
pa’ mi, ¡de marca mayor!
  
Anda en la güeya de Risso,
de Menviel, y de Charrúa…
¡Si hay un  pasao que garúa,
ayer, del suelo que piso!
Lo pongo en el compromiso
que siempre flamiando yeve
ese sentir que no debe
¡ni un jeme ceder… yo digo!
Va el abrazo de su amigo
del puesto “El Sesenta y Nueve”.
                                            (29/07/1986)
Carlos Raúl Risso E.

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