LR
11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro
59 – 24/07/2016
Con su licencia, paisanos!
Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz,
mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con
su historia”
En la casa de mis
mayores Espinel, a más de dos bombas de manija, había pozo de agua con brocal y
crucero, por supuesto muy anterior a la existencia de aquel par de “modernos
aparatos”. Es que en la campaña, en las poblaciones del ámbito rural, era muy
común que lo hubiera.
En los cascos, en
casas solariegas y en aquellas poblaciones bien puestas, existía el aljibe, el
que llenaba su depósito subterráneo con las aguas pluviales, o sea las de
lluvia, para lo cual, la construcción debía contar con un sistema de canaletas
y caños que derivaban el agua de las lluvias hacia él. Esas agua eran muy
estimadas por las mujeres para el lavado del cabello, como así también de
algunas prendas de fina confección, o el riego de alguna planta preferida en el
jardín. Ocurre, que muchas veces las agua de primera napa, solían resultar
“duras” o sea salada, por lo tanto de hacer poca espuma al lavar.
Recuerdo en este
punto el aljibe de “El Carmen del Pescado” (que hoy debe ser tapera perdida), y
su complejo sistema de cañerías para recolectar el agua de varios techos.
Aquel pozo de
“Los Ombúes”, como el de cualquier otra población, oficiaba de “heladera de
campo”, ya que hasta su lecho de agua se bajaban las botellas o damajuanas para
refrescar las bebidas, como así también dentro de una bolsa de arpillera, sin
llegar a introducirlo en el agua, se bajaba algún producto que debía
conservarse fresco, y se aprovechaba esa semi penumbra a 3 o 4 metros de
profundidad.
Recuerdo que 60
años atrás, para Navidad y Fin de Año, fechas en que se rompía con la rutina
habitual, contábamos los más chicos con la posibilidad de degustar alguna
bebida dulce (todavía las ‘colas’ no habían hecho pata ancha), y al agua del
pozo entonces se bajaba el cajón de 24 naranjines, una de cuyas marcas que aún
recuerdo era “Sidral”, bebida que al tomarla del pico de la botella, nos dejaba
un halo anaranjado en torno a los labios.
Al pozo de mi
historia, la falta de uso lo fue desmereciendo hasta caer en desuso, la falta
de mantenimiento le hizo caer el crucero y finalmente al brocal se lo cubrió
con una tapa de chapa. No necesité que pasara el tiempo para escribirle desde
la nostalgia, es decir desde un momento que lo pone allá lejos. Le escribí cuando
lo ganaba el abandono por no necesitárselo ya, hace ahora casi 35 años.
Estas son las
décimas que tituladas “A un Pozo de Agua” incluí en mi cuarto libro, “Campo de
Ayer”, publicado en 5/1998; compartimos ahora su lectura con los oyentes de
“Canto en Azul y Blanco”:
A UN POZO DE AGUA
Una yunta’e casuarinas
con un altor rispetable
te brindaban sombra
estable
por guardianas y vecinas.
Está fresca en mis
retinas
la estampa que se te jué.
Pozo de agua: tu fin se
aunque equivocarme’spero,
¡no te ha quedao ni el
crucero
quién te ha visto y quién
te ve!
A tu modesto brocal
de ladriyos colorao
dejó el tiempo abichocao
por tratarte a veces mal;
y se avecinó el final
cuando tambalió el
crucero
cayendo sobre’l aujero
mudo asombro de tu boca,
derrumbe que te provoca
un estao muy lastimero.
Dispués… ladriyo a
ladriyo
las columnas se tumbaron
y entre los pastos
quedaron
como’samenta sin briyo;
el brocal, inmenso aniyo,
aunque bichoco y añoso
hoy sigue cercando el
pozo
con sacrificio y desvelo,
porque’está apegao al
suelo
por su crioyo compromiso.
Del guardapatio a un
costao
y a un güen trecho del
galpón
cayás tu resinación
en desuso… y olvidao.
Algún sapo se ha’dueñao
de lo’scuro de tu boca,
y en el silencio coloca
las toscas notas de un
canto
pa’compañar el quebranto
del presente que te toca.
Mi canto es el homenaje
que te merecés, sin duda,
porque aún hoy, tu
entraña suda
un necesario brebaje.
Y cuando el tiempo
salvaje
ya te haya desmoronao,
cuando solo seas pasao
en labios de un memorioso
sé que dirás orguyoso:
“¡Quién me quita lo
bailao!”. (13/05/1982)
Carlos Raúl Risso E.-
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