LR
11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro
61 – 07/08/2016
Con su licencia, paisanos!
Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz,
mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su
historia”
La historia de
hoy va a resultar muy corta, porque el verso es un tanto largo.
Resulta que el
domingo pasado, terminada mi participación salió al aire la voz de Héctor del
Valle interpretando “Los Diez Hermanos Rosales” de Pedro Risso, y me trajo a la memoria que antes que esas
décimas yo había conocido “Los Medina” de Omar Menvielle, siendo los dos “joyas”
de nuestro decir criollo. Y andando el tiempo se me ocurrió hacer una travesura
con ellos, y buscándole la vuelta casorié una de las Medina con uno de los
Rosales, y salió este compuesto que ahora compartimos con la audiencia y que
titulé “Una Familia Campera”; forma parte de mi libro “Redomones”.
No hay que
aclarar que puse el mayor de los respetos al escribirlo, procurando no faltarle
a ninguno de esos dos máximos poetas bonaerense.
UNA FAMILIA
CAMPERA
-relato-
Hermanando a
“Los Medina”
y “Los Diez Hermanos Rosales”
1
Ya
que’l momento se ofierta
con
la atención que apreceo
les
vi’hacer el relanceo
de
una historia que’s muy cierta,
que
si mi vida dispierta
hace
ya un tiempo muy largo
no
le hago a la vida un cargo
si
no yegué a capataz.
Endimientras…
cuanti más
vaya
ensiyando otro amargo.
2
Y
ya que entonces estoy
ante
tantos comensales
digo:
¡Juan Claro Rosales,
un
servidor!, ese soy;
y
anque de la vida voy
pegando
la güelta’gata
ante
una atitú insensata
deseguro
masco el freno
“que
habrán de pitar del güeno
pa’
pisarme la’lpargata”.
3
Ansina
solía insistir
el
Jacinto, un tío resero,
hombre
baquiano y campero
siempre
dispuesto a partir.
Y
viene al punto decir
-anque’l
ricuerdo taladre-
que’ra
hermano de mi padre
de
nombre Don Antenor
crioyo
alvertido y ¡cantor!
y
un Rosales ande cuadre.
4
Y
como al “tata” he nombrao,
patrona
de su cocina
era
Doña Juana Urbina,
de
la que’l nombre he’redao.
De
un pago medio alejao
-como
juyendo y con pena-
cayeron
a Madalena
y
la costa del “Zapata”
le’mpriestó
una loma grata
y
el tiempo, una dicha plena.
5
De
las crías de’se casal
yo
emprencipio la familia,
endispués
continúa Emilia,
siguen
Ángel y Marcial,
poniendo
punto final
el
menor, que’s Ataliva,
pero
reservo saliva
y
corto la rilación
que
ya haberá otra ucasión
que
a mis hermanos describa.
6
Mas,
siguiendo por mi senda
crucé
pagos a montones
porque
pa’ ricos patrones
yo
jui comprador de hacienda,
hasta
que topé la prienda
que
a su mirar me amadrina,
eya
es Yolanda Medina
y
de Chascomús la truje
y
aún me dice con su empuje
que
la vida no termina.
7
Veneranda
Altamirano
y
Don Crisantos Medina
jueron
los tata ‘e mi china,
¡tronco
por demás paisano!;
del
hombre traté a un hermano,
el
mayor, un tal Cerilo,
jue
por Dolores, cabilo…
andaba
de’squilador
y
por vicio, al alfajor
yevaba
con mucho filo…!
8
Eran
mis años pocones
cuando
mi tío Tadeo
me
yevó ‘e pión di’un arreo
que
diba pa’ Patagones,
y
jue’n aqueyas cuestiones
-anque
sea difícil creer-
de
que vine a conocer
a
unos reseros muy güenos:
Zoilo,
Ulogio y Azuceno,
¡los
tres tíos de mi mujer!
9
Corrió
el tiempo y quién diría
¡echó
señora Rosales!,
jue’n
las Fiestas Patronales
de
Julio, Santa María;
tantísima
gente había
pa’
celebrar la junción,
y
en el baile del galpón
que’staba
cerca ‘e la plaza
topé
la prienda crioyaza
que
me ganó el corazón.
10
Eya
andaba de paseo
-por
las fiestas, casualmente-
en
la casa de un pariente
que
se apeyidaba Esqueo;
y
endispués de algún tanteo
carculando
el encontrón
acetó
mi invitación
y
al seguir del baile’l paso,
sentí
en ese medio abrazo
beyaquiar
el corazón.
11
Ande
la orquesta dio tregua
le
apalabré una visita
pero…
¡mi madre bendita
si
tragué legua tras legua!
Aprendió
el rumbo la yegua
y
ayá diba la tropiya
por
el barro o la gramiya
puntiando
pa’ Chascomús
(…que
nunca pesa la cruz
si
hay un beso pa’ presiya!).
12
Como
lo que’mpieza acaba,
siéndole
al trabajo fiel,
cái
que Don Pablo Espinel
en
su estancia me conchaba.
Y
áhi nomás risuelto estaba
lo
que había que decidir
pues
casao me jui a vivir
cerca
del casco ‘e la estancia
olvidando
la distancia
de
tanto dir y venir.
13
Y
entonces cambia el sentido
de
mi vida trajinada,
que
con la mujer amada
el
rancho más pobre es nido,
y
hasta el trabajo esigido
se
güelve más yevador,
que’n
campos de “El Mirador”
-hoy
ya distante colijo-
al
yegar el primer hijo
sentí
la dicha mayor.
14
En
total y seguidones
vinieron
media docena:
dos
niñas, a cual más güena,
y
el resto, cuatro varones.
Y
entrando en esplicaciones
pa’l
rilato, de rigor,
nuembro
a Mariano, el mayor
-dende
muy chico resero-
y
anque pinta pa’ soltero
es
bailarín y cantor.
15
El
segundo es Desiderio,
un
paisano alto y nervudo
sereno
-por corajudo-
hasta
en el trance más serio;
hombre
de mucho criterio,
parejo
como campero,
ya
de hace mucho es carrero
que
durmientes a granel
yeva
a una punta de riel
ayá
en un pago surero.
16
Endispués
sigue Dionicio
que’s
morrudo y retacón
y
le suebra condición
pa’
soguero, que’s su oficio;
en
las trenzas tuvo inicio
con
mi viejo tío Balbino
una
ucasión que aquel vino
y
pasó un tiempito en casa,
y
pa’ cencia tan crioyaza
¡mejor
máistro no imagino!
17
En
el orden del rilato
le
toca el turno a Santiago,
pa’l
cabayo, brujo o mago
a
juzgarlo por el trato;
por
tal cuestión hace rato
que’s
mentao el nombre d’él
y
aura anda por “San Miguel”
entablando
la tropiya
que
habrá de ser de la siya
del
patrón, Blas Esquivel.
18
Pa’
culminar la mención
las
muchachas me quedaron
(esas
que al rancho adornaron
con
encanto de malvón);
cada
una tuvo su unión
dichosa
cual cascabel,
y
aún ricuerdo el tiempo aquel
en
que la mayor, María,
supo
casoriarse un día
con
el crioyo Omar Menviel.
19
Pasao
un tiempo, dispués,
ese
mesmo rumbo inicia
la
hija menor, Alicia,
que
aura cayó en la viudez;
un
campero sin revés
jue’l
que me pidió el permiso,
hombre
medido y conciso
pa’
la opinión más veraz
que
supo ser capataz
por
Barracas: Pedro Risso.
20
Ansí
pues, sin maraviya
ni
fantástico rilato
he
pintao, hablando un rato
a
tuita gente senciya
que’s
como mejor se oriya
una
vida verdadera,
que’n
el pago cualisquiera
en
que le toque caer
siempre
se hace bien valer
¡¡
una familia campera !!
(17/01/1989)
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