domingo, 17 de mayo de 2015

AMANECIENDO

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 005 –17/05/2015

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”.

En otros tiempos, en años que se me alejan cada vez más, ensillar era cosa de todos los días, y una o dos veces al año solía marchar desde El Zapata a La Plata o a Ensenada, cubriendo en una jornada, sin apuro, las -aproximadamente- diez leguas que hay entre ida y vuelta. A veces el viaje era en el otro sentido, o sea entre El Zapata y Magdalena. ¿Los motivos…? Asistir a alguna fiesta, o más que nada, participar de un desfile. 
Con solo los montados, salíamos con mi padre, temprano, para llegar con tiempo y los pingos descansados, cuestión de que tal como habíamos arrancado pudiésemos participar al llegar.
En una ocasión, debe haber sido en 1970, casi con seguridad, fuimos a Magdalena, no recuerdo a cual fiesta, pero se me ocurre que deben haber sido “las patronales”, donde nos sumamos a la gente de “La Montonera”.
Después de pasar “El Pino”, por “el rancho de Bertón” sería, antes de la Cañada de Arregui, comienzan a nacerme unos versos que no sé hoy, como hice para guardar, pero que debe haber sido en la memoria nomás. Algunos meses más adelante, les encontré el final, y cuando por 1979 empiezo a acunar mis sueños literarios que se concretarían con la aparición de mi primer libro: “Al Badajear del Cencerro”, lo incluí. De estas páginas lo tomó Miguel Petto Gómez quien comenzó a cantarlo con ritmo de milonga y luego lo incluyó en su primer trabajo discográfico.
Un día Miguel me pregunta, dónde, cómo y cuándo lo había escrito, y le relaté lo antes referido, y cuál no sería mi sorpresa cuando me dice que “él malició el lugar”. Por entonces tenía “un rancho” en Atalaya al que iba frecuentemente por lo que hacía ese camino en forma habitual, y recordando los versos, vaya a saber por qué?, a él se le representaba la zona que ya he citado. Creer o no creer, pero es así.
Después de estas referencias les dejo las cuatro décimas de “Amaneciendo” (que fue como bauticé el verso), a las que ubico en mi primera etapa de hacedor de versos, y al que sin dudar califico como “descriptivo”.

Voy con sus estrofas:
                               “AMANECIENDO”
1
Cuando el sol dentra a dejar
el fortín del horizonte,
comienzan dende los montes
los pájaros a cantar;
mientras que va a coloriar
las nubes del firmamento,
 me doy cuenta en el momento
que las estreyas son ralas,
y una lechuza, en sus alas,
cierra la noche en lamentos.
2
Cuando empezaba a clariar
se oyó balar un ternero,
noche’ra cuando el tambero
se levantó pa’ ordeñar;
el boyero ha de yevar
al “Camino Rial” los tarros,
y ata a las vara del carro
a un lindo cabayo overo
mientras prepara un ladero
pa’ que se afirme en el barro.
3
Parao del rancho en la puerta
arriba de un esquinero,
dá su saludo el hornero
al sol, que ricien dispierta.
El campo se pone alerta,
se sacude la pereza,
y silba entre la maleza
una perdiz copetona
y un carancho vuelo toma
dispués de alzar una preza.
4
La extensión que se dispierta
va recobrando la vida,
y una cerrazón tupida
hace las formas inciertas.
Ya con la tranquera abierta
de los potreros del cielo,
comienza su manso vuelo
el sol, en un nuevo día,
pa’ emponchar con alegría
a las cosas de’ste suelo.
                                             (4/06/1972)

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