LR 11 – Radio Universidad –
“CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro
Nº 003 –03/05/2015
Con su licencia, paisano! Acomodado
en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos
un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”.
En esto de referir
historias y anécdotas, no vamos a seguir un orden cronológico, ya que no es la
intención hacer una autobiografía, sino, de contar el por qué del nacimiento de
algunos versos.
En lo personal me
interesa mucho el papel de la mujer en la vida de la campaña, y trato siempre
de dejarla bien parada, ocupando el lugar que realmente le corresponde. ¿Por
qué…? Porque hay un período en la historia de nuestra poesía gaucha, que se la
ha maltratado mucho. Si bien los tiempos no pueden marcarse con exactitud,
digamos que en las tres primeras décadas de la centuria pasada, se la ha
tratado de infiel, de perjura, de abandonar y de dejada, de la misma manera que
al gaucho se lo pintaba como matrero, siempre dispuesto a pelear. Y estos estereotipos
no le hacen bien a la realidad del gaucho, por el contrario: abonan la teoría
aquella, unitaria, de que para nada servía.
Pues bien, no hay en
mis versos ni gaucho peleadores porque sí, ni malas mujeres, sino hombres y
mujeres con las virtudes y defectos que les dio la vida.
Así fue que hace dos
años largos, me propuse contar una historia de amor entre buena gente -como ha
sido la mayoría-, y para darle un color distinto, otra sonoridad, otra
expresión, dejé de lado por un momento la querida décima, y me arrime a versos
endecasílabos -o sea de once sílabas-, y decidí contar esta historia en tres
partes, partes a las que denominé “trancos”: tranco 1, tranco 2 y tranco 3,
parodiando lo que en teatro se llama “actos” (1er. acto, 2do., etc.). Siempre
buscando una expresión, un paisaje y un modo donde prime lo campero, que por
allí retoza a sus anchas mi pensamiento.
Usted amigo oyente, dirá si nos hemos acercado
a nuestra pretensión.
Como no se lo he dicho,
lo hago ahora: “Tríptico gaucho a un
amor correspondido” se llama este verso que tiene 42 líneas.
TRÍPTICO GAUCHO
A UN AMOR
CORRESPONDIDO
Tranco
1
Le viá
cantar -ya sabe-, como pueda,
pero ha
de ser pa’usté, todo mi canto
que
anque no soy zorzal, de tanto en tanto,
entretejo
una endecha que la enrieda.
Ya no
me siento potro. Nada queda
del
ansia salvajona que’ra encanto
de
hacer jareta las cruces del quebranto
y echar
corriendo, el dos, cuando se rueda.
Me ha
sosegao… su cara… su figura,
lo
dulce de sus ojos, la mirada,
y ese
andar cimbriador de tal lindura.
Ya ve…
m’he arrocinao… como si nada.
¡Si me
tiene embramao con la ternura
de’sa
su donosura inmaculada!
Tranco
2
¿Ve
usté mi “moro”, la que ayá me’spera…?
Pues
sepa que dende aura es “su patrona”,
la moza
vivaracha y querendona
que ha
de yenarlo ‘e mimos, salamera.
Se me
hace ya que a la potranca overa
los
cueros l’he de echar, porque’s lindona
y ha de
ser “la de andar” de la Ramona,
diabla
pa’ enhorquetarse, ¡muy campera!
Ya
falta poco pa’ entibiar la cuja
y hacer
crujir los güesos, de cariño,
sabiendo
que’s amor lo que se’struja.
Si hay
un amanecer al que me ciño,
hay un
mañana que a soñar me’mpuja
y habrá
futuro… que será pa’ un niño.
Tranco
3
Este’s
su rancho “Niña”, el que le dije
qu’he
levantao feliz, sin que me cueste,
ande
tan solo falta que usté apueste
ese don
de mujer, que a más la esije.
Pa’ que
su fina mano lo emprolije
al
frente, le puntié la tierra agreste
pa’
que’n flores de rosas y celeste
tenga
un cantero que la regocije.
(Y así pasó nomás. Tal lo refiero.
Vide’l jardín… y el rancho florecido
y al “moro” abichocarse’n el potrero.
Tuvo el patrón, tropiya pa’ un envido;
eya tuvo seis hijos, seis ¡te quiero!
¡Un puro y crioyo amor correspondido!)
Versos de Carlos Raúl Risso
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