LR 11 – Radio Universidad –
“CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro
Nº 012 –05/07/2015
Con su licencia, paisano! Acomodado
en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos
un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”.
Mi padre fue bastante habilidoso para
los trabajos manuales, por ejemplo, para la época en que nací era aficionado a
hacer trabajos en madera, como ser alcancías con forma de “ranchito”; y así
también, “el corralito” en que me encerraban cuando gateaba, lo había hecho él,
era desarmable, y también lo usaron otros familiares, al punto que luego volvió
a casa y también sirvió para mi hija mayor. Recuerdo que un día llegó de visita
Cacho Gomensoro con su esposa Mari y su hija mayor -que es de la misma edad que
la mía-, y las dos se entretuvieron en dicho “corralito”.
Más adelante cuando yo tendría 5 o 6
años, comenzó a trabajar en sogas, y me hizo el primer tirador, en cuero
sobado, con costura en todo el contorno, y con tientos negros (que él mismo
teñía), de un lado la leyenda “Boyerito”, y del otro, “Los Ombúes”, con una
rastrita que en el centro tenía las iniciales CR.
La amistad con el “Vasquito” Luis María
Laurencena -que se fue muy temprano de esta vida, por 1978-, hizo que en una
oportunidad se lo prestásemos a la viuda para vestir al hijo de “gauchito” para
una fiesta escolar, y nunca más lo pudimos recuperar.
A ese primer tirador le siguieron otros,
y así también fueron surgiendo otras pilchas criollas necesarias para ensillar,
que un bozal, que un juego de riendas y cabezada, que una ancha encimera, unas
estriberas, como también un par de botas de potro, y en éstas se especializó
bastante, siendo unos cuantos los jinetes y bailarines que calzaron botas de
potro que salieron de sus manos.
Más allá de que él mismo preparaba y
sobaba los cueros, y las lonjas de tiento fino, también se daba mañana para
fabricar las herramientas y elementos necesarios que el trabajo en cuero lo
exigía.
Tantas veces lo vi preparar las sogas, y
hasta algunas veces lo ayudé a macetear, que conociendo las herramientas y lo
que hacía, en una ocasión le escribí una letra que hablaba de ese mundo del
soguero, y que pienso es representativa de todo aquel que abraza el oficio. La
incluí en mi primer libro, y de él (sin conocerme), la tomó el cantor
marplatense Rómulo Nahuel para cantarla, y luego la incluyó en una grabación
que hizo allá por 1990, que significó para mi, ser el tercer verso que se grababa,
ya que antes, por el ’86, Rómulo me había registrado otros dos temas.
Mi padre falleció el patrio día de Julio
de 1979 -se cumplirán ahora 36 años-, y las décimas, que titulé “Ese Oficio de Soguero” y están fechada
el 17/08/1976, son estas que ahora les hago oír:
“ESE OFICIO DE SOGUERO”
A Romeo Risso, mi padre
Cuasi
diría que tu cencia,
hecha
a base de’sperencia,
de
güen pulso y corazón.
Es
un rulo de ilusión
cada
desvire de tiento;
macetiar
es tu contento
al
ver asomar la grana,
en
la soga que desgrana
su
procedencia y portento.
Con
una pava a la par
y
ensiyao el mate amargo,
te
pasás los ratos largos
con
tu oficio de trenzar.
Mañana
habrás de cueriar
dispués,
lonjiarás el cuero,
y ya oriao, el mesmo esmero
pa’
macetiarlo pondrás,
¡porque
tu orguyo empeñás
al
trabajar de soguero!
Cuchiyos
bien afilao,
leznas,
chairas y mordaza;
mazeta
de crioya traza
y
varios sacabocao;
piedras,
pa’ filos variao
a
más de otros elementos,
son
el crioyo firmamento
pa’
tus artes de paisano…
¡Herramientas
que tus manos
forjaron
son sentimiento!
Tanto
hacés un maniador
como
una juerte encimera,
o
de cuero -a la’sidera-
le
hacés una argoya flor;
algún
bozal potriador,
un
lindo juego de rienda,
un
chicote pa’ la hacienda
o
algún vistoso cabresto…
y
te va sobrando resto
p’hacer
cualquier otra prienda.
Ese
oficio de soguero
te
nace de los ancestros,
esos
antiguos maestros
de
nuestro tiempo primero.
Sos
un genuino heredero
de
un saber que’s tradición,
porque’n
verdá es condición
que
no es de tuitos los crioyos,
y
te van sobrando royos
pa’
esa gaucha profesión.
Por
eso que día a día
tu
ispiración se recrea
al
hacerle a una manea
un
bordao con fantasía,
o
haciendo con simetría
los
dibujos a un culero…
Por
tuito eso, por campero
me’ntropiya
tu badajo.
¡Ta’
que’s pavada ‘e trabajo
ese oficio de soguero!
(17/081976)
Carlos Raúl Risso E.
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