domingo, 9 de agosto de 2015

EJEMPLO

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 017 –9/08/2015

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”.

Debe haber sido por 1962/3, no tendría aún 12 años. Era una atardecida. Volvíamos con mi Abuelo “Tata” de un potrero del campo de Ourteneche, sobre la costa del río. Y de pronto la tarde se hizo noche; se cerró el cielo y reventó una tormenta que anunciaba furias. Tan feo se puso, que “Tata” prefirió no cortar campo como siempre se hacía, y continuar por una calle vecinal que desembocaba al “camino real”, y por allí seguir hasta la tranquera de “Los Ombúes”, y llegar por adelante.
Tan noche se había puesto el cielo y tanto el ventarrón, que recuerdo que el micro que hacía el recorrido La Plata-Magdalena, había parado a un costado del camino, por el viento y porque poco se veía.
A la mañana siguiente recorríamos el monte que estaba atrás de la casa, con el asombro por la cantidad de árboles tumbados, que testimoniaban la crueldad de la tormenta. La mayoría de las plantas caídas eran acacias, que después, desramadas y cortados los troncos con tronzador, se sacaron a la asidera del monte y se amontonaron, para -paso siguiente-mandarlos a un aserradero para hacer tablas, con las que mi padre y mi tío hicieron  tranqueras.
De algunos de esos árboles tumbados que quedaron en el monte, con más de media raíz fuera de tierra, al llegar la primavera, comenzaron a alzarse nuevos retoños, brotos que ignorando lo pasado, solo buscaban volver a ser árbol.
Muchos años después, cuando uno intenta aprender a reflexionar, y asocia la vida a los conocimientos brindados por los libros, se me fue ocurriendo este verso que quiero compartir con ustedes; ya ha cumplido 20 años, como que los compuse en mayo de 1995, y se lo dediqué a Suma Paz, diciéndole “porque en esta décimas hay algo de Romildo Risso y Don Ata”; con ellos obtuve una mención en un certamen “yupanquiano”, y actualmente los está por grabar, con ritmo de estilo, el cantor de Rauch, Pacho Dualde.
A veces, ni yo me explico cómo se me ocurren estas cosas, y siempre recuerdo cuando le contaba a Coppari, que solo podía escribir versos descriptivos, a lo que él me observaba: “Vos seguí escribiendo… lo demás viene solo…”. Y es cierto: hay que golpearse en el diario andar, y de esos golpes podrán nacer las reflexiones.
“Ejemplo”, que así se llama el verso de esta historia, dice:


         “EJEMPLO”

A Suma Paz, porque en estas décimas
hay algo de Romildo y de Don Ata

Dende sus propias raíces
retoña el árbol caído
mostrando no estar vencido
ni aun tapao de cicatrices,
y añorando los felices
momentos de su esistir
cuando se supo cubrir
con el canto de las aves
busca vivir, porque sabe
de que’ntregarse es morir.

Y anque’s grande’l desgarrón
que lo tronchó a ras del suelo
echa brotes -con anhelo-
que nacen dende un raigón;
busca alzarse con tesón
y el brote al fin, se hace rama
y es, cada hoja, proclama
que’stá cantando a la vida,
disimulando una herida
y nada a cambio reclama.

Y los hombres ¿cuántas veces
quedamos de cara al piso
desganao' pa’l compromiso
de ser templao, sin dobleces…?
Duelen mucho los reveces
que por áhi, la vida azota,
pero anque a pinte a derrota
cuando un mal momento aqueja,
si el árbol, su ejemplo deja:
¡hay que brotar, como el brota!
                                  (15/05/1995)

Carlos Raúl Risso E.-

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